miércoles, 16 de mayo de 2007

Dilema

Luego de que la estación de trenes de Constitución ardiera bajo un manto de bronca contenida por miles de pasajeros, la gente comenzó a opinar.
La mayoría de las personas que me rodean señalan a los autores del hecho como "bárbaros",y, si bien formo parte de los que creen que con la violencia no se logra nada y que quienes pagamos los destrozos, al fin y al cabo, somos nosotros, este incidente me hizo reflexionar.
Muchos de mis compañeros de trabajo pierden el presentismo (10% de su sueldo) porque su tren no llega a tiempo. Otros no ven a sus hijos todo lo que desean porque tienen que salir dos horas antes para que el retraso de una formación no los afecte.
Éstos y muchísimos mas son los inconvenientes que genera un servicio de transporte nefasto.
Si bien hay que quienes se quejan a través de cartas enviadas a diarios o revistas, o por medio de llamadas a entes del Gobierno, es sabido que las respuestas requeridas nunca llegan.
La gente protesta con cualquiera de las herramientas que posea: su voz, su voto, su educación, su fuerza, sus golpes, su ira.
No defiendo a quienes destrozaron el martes último parte de la estación, los justifico. Me gustaría no tener que hacerlo, pero al parecer no hay otra vía más eficaz en la Argentina que la violencia, y sobre todo si de medios de transporte se trata, para arribar a una solución.
Sin embargo, no dejo de preguntarme ¿hasta cuándo vamos a tener que seguir justificando cosas así?, ¿qué ejemplo darán quienes nos gobiernan (elegidos por nosotros) si, tras semejante desastre, los trenes comienzan a funcionar como es debido?.




1 comentario:

errebe dijo...

Interesante el perfil de opinión, ¿en qué cambia la cosa con la reestatización?